Especialistas de organizaciones internacionales y nacionales advirtieron que las afecciones aumentan más en niños y adolescentes. La contaminación del aire en las ciudades, el cambio en la alimentación y el consumo inadecuado de antibióticos, se incluyen entre los factores de riesgo.
Para el año 2050, la mitad de la población podría desarrollar alguna enfermedad relacionada con los diferentes tipos de alergia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La prevalencia de las enfermedades alérgicas aumenta sustancialmente en todo el mundo, y uno de los factores es el impacto del cambio climático, la mala alimentación, y el uso inadecuado de medicamentos, entre otros factores. El aumento de las alergias se da especialmente en las niñas y los niños, en quienes se observa la mayor tendencia de incremento en las últimas dos décadas, según advirtió la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica.
Hoy es el Día Mundial de las alergias, que son trastornos que se desarrollan cuando el sistema inmune del organismo humano reacciona ante una sustancia extraña (como el polen, el veneno de abejas o la caspa de las mascotas) o un alimento. El sistema inmune pasa a producir anticuerpos que identifican a un alérgeno en particular como dañino, incluso si no lo es. La reacción puede producir una inflamación en la piel, la nariz o en el sistema digestivo.
“Pese a que los casos de alergias están en aumento, aún se las subestima, y algunas personas no hacen consultas médicas a tiempo o se automedican con productos que pueden no ser adecuados para su cuadro particular”, comentó a Infobae Pablo Moreno, presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica.
El Estudio Internacional sobre Asma y Enfermedades Alérgicas en Niños (ISAAC, por sus siglas en inglés) había revelado que en Argentina el 16,4% de los niños de entre 6 y 7 años tienen asma, que es un tipo de alergia.
Las alergias pueden ser producidas por diferentes factores. “La contaminación del aire por las emisiones de gases contaminantes por industrias o por el transporte es uno de los factores de riesgo para las alergias. También el ambiente interno del hogar puede ser un factor de riesgo si no hay buena ventilación diaria”, agregó el doctor Moreno.
Durante los últimos años, hay también más evidencia científica que demuestra que la microbiota, que incluye a las bacterias y otros microorganismos que hay en cada persona, también puede tener su impacto en el desarrollo de alergias. La mala alimentación, el uso inadecuado de antibióticos, y el tipo de parto en el nacimiento de cada persona podrían cambiar la microbiota, y tener efectos en el desarrollo de algún tipo de alergia, señaló Moreno.
Con respecto al impacto del cambio climático en la salud de los seres humanos, la Academia Europea de Alergia, Asma e Inmunología Clínica (EAACI), la Federación Europea de Asociaciones de Pacientes de Alergia y Enfermedades Respiratorias (EFA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) han impulsado este año una iniciativa para llamar la atención. “Un mayor número de polen y su alergenicidad aumentan el riesgo de sensibilización al polen y de alergia en individuos susceptibles”, señalaron en un comunicado las organizaciones que impulsan la iniciativa conjunta.
La contaminación con gases de invernadero contribuyó al cambio climático. Al cambiar la situación de la flora, aumenta más el polen en el aire. Esta situación puede afectar a las personas con susceptibilidad al desarrollo de alergias
El aumento de las concentraciones de dióxido de carbono atmosférico, que interviene en el proceso de fotosíntesis, junto con el aumento de la biomasa vegetal y la floración dan lugar a una mayor concentración de polen en el aire. El aumento de las temperaturas hace que la temporada de polen se adelante y se prolongue. Los contaminantes del aire aumentan la carga alergénica por polen y cambian la composición de los alérgenos.
En el conjunto de las alergias se incluyen diferentes enfermedades. Se encuentran el asma, la rinitis, la anafilaxia (una reacción alérgica grave en todo el cuerpo a un químico); la alergia a medicamentos, alimentos e insectos; eczema; urticaria, y el angioedema (que es una hinchazón, similar a la urticaria, pero que se presenta bajo la piel en lugar de en la superficie).
Cuando el sistema inmune de la persona con alergias detecta a la sustancia extraña, intenta neutralizarla. Quienes no padecen alergias también las reconocen como extrañas, pero el sistema inmune las neutraliza sin dañar al organismo, porque es más tolerante. Las reacciones alérgicas van, desde las leves hasta las severas, como la anafilaxia, la que puede llegar a ser fatal. De acuerdo con la Clínica Mayo de los Estados Unidos, la mejor manera de prevenir las alergias estacionales es evitar los desencadenantes conocidos. Si una persona tiene alergia al polen, debería permanecer más tiempo adentro durante las épocas de mayor polinización.
En el contexto de la pandemia, los síntomas de la alergia pueden confundirse con el COVID-19. Los estornudos y la picazón, por ejemplo, son comunes en la rinitis alérgica, mientras que la fiebre, fatiga y falta de aliento se emparentan con COVID-19.
“Para evitar la confusión y tratar las enfermedades a tiempo y correctamente, es importante hacer la consulta médica. En el caso de la rinitis, se producen estornudos y congestión con secreción nasal. En cambio en el caso del COVID-19, suele producirse una congestión seca”, afirmó Moreno.
Para la detección de las causas de las alergias, Manuel Molina Pico, director médico de la empresa Vittal, contó que existen pruebas cutáneas para el diagnóstico, que debe ser acompañado de un examen de laboratorio para determinar los niveles de anticuerpos.
“Desde la comunidad médica, queremos que la gente sepa que las alergias pueden diagnosticarse y tratarse. Aún existe la creencia de que no tienen tratamiento, y eso puede ser perjudicial. Por ejemplo, si la rinitis alérgica no se trata bien, puede llevar al desarrollo del asma”, advirtió Moreno.
En los casos de rinitis alérgica, los profesionales de la salud pueden indicar el uso de antihistamínicos y los corticoesteroides nasales en aerosol. En los casos de asma, hoy también se usan los medicamentos biológicos, que incluyendo anticuerpos monoclonales. Las inmunoterapias son recomendadas por la OMS tanto en los casos de rinitis alérgicas como en asma bronquial. Desde el 14 al 16 de agosto, la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología clínica realizará un congreso sobre alergias de manera virtual. Se tratará sobre “las bases inmunológicas de la alergología en la era de la pandemia”.