Una reacción alérgica puede manifestarse de varias formas y, sin duda, la más grave es el llamado shock anafiláctico que puede incluso poner en riesgo la vida de una persona.

ILUSTRACIÓN – La alergia al maní puede desencadenarse incluso con la ingesta de cantidades mínimas. Foto: Andrea Warnecke/dpa
Una reacción alérgica puede manifestarse de varias formas y, sin duda, la más grave es el llamado shock anafiláctico que puede incluso poner en riesgo la vida de una persona.
La ingesta de un solo maní o cacahuete ya puede desencadenar una reacción alérgica grave cuyos síntomas pueden ser erupciones en la piel, hormigueo en la boca y en la garganta o problemas circulatorios y digestivos.
Para prevenir un episodio de alergia al maní durante las vacaciones, es importante estar preparado de antemano, sobre todo en el caso de las familias con un niño alérgico.
La médica nutricionista alemana Yvonne Braun, especialista en anafilaxia en niños y adultos, destaca que una buena preparación incluye las siguientes tres medidas:
– Tener información sobre la atención médica
Antes de iniciar el viaje, las familias afectadas deben averiguar cómo es la atención médica en el lugar de vacaciones. ¿Hay un consultorio médico o un hospital cerca? Este dato puede ser crucial si se produce una reacción alérgica grave durante la estadía.
«También es importante contratar un seguro de viaje para todos los miembros de la familia y asegurarse de que también cubra los costes en caso de reacciones alérgicas graves», recomienda Braun.
– Conocer el vocabulario indispensable
«¿Hay cacahuetes en este plato?»: es importante aprender esta frase en el idioma del país de destino.
Términos como consulta médica, alergia o farmacia también pueden ayudar a los afectados a comunicarse en caso de emergencia. La Red alemana de Anafilaxia a los Frutos Secos (NAN) aconseja utilizar aplicaciones de traducción en el smartphone.
– Llevar medicación de emergencia
Es importante que los viajeros tengan siempre a mano el certificado de alergias y los medicamentos correspondientes.
Hay que tener en cuenta que para poder subir al avión con un autoinyector de adrenalina, que incluye una jeringa, es necesario un certificado médico. Según Braun, lo mejor es tenerlo en inglés.
«El autoinyector de adrenalina también es sensible a la temperatura», advierte la médica. La especialista subraya que el dispositivo que contiene la medicación necesaria para utilizar en caso de anafilaxia debe almacenarse a un máximo de 25 grados centígrados para que conserve su efecto. Por ello, recomienda transportarlo en una bolsa térmica.